Cómo elegir una CPU: consejos para encontrar el procesador adecuado para tu PC

AMD Ryzen 9 7950X3D en entre los dedos de una persona
(Crédito de imagen: Future)

¿Sabéis que es muy habitual que alguien decida montarse un PC o actualizar los componentes de su equipo por su cuenta, y muera en el intento por comprar una pieza que no era la adecuada?

Con eso en mente, aquí en TechRadar España os estamos ofreciendo diversas guías que os ayuden a elegir los componentes que necesitáis, además de los mejores periféricos para cada uno. Después de hablaros en la sobre cómo elegir una tarjeta gráfica y cómo elegir una mesa gaming, ahora vamos con "Cómo elegir una CPU", es decir, el procesador: el cerebro del ordenador.

Cuando se trata de construir o actualizar un PC, la unidad central de procesamiento (CPU, o simplemente procesador) es el corazón del sistema, ya que potencia sus capacidades y rendimiento. Seleccionar la CPU adecuada puede ser un acto de equilibrio entre precio, rendimiento y futuros posibles cambios.

Pero no basta con comprar el mejor procesador que te puedas permitir, ya que no existe un único "mejor procesador Intel" o "mejor procesador AMD". El más adecuado para ti dependerá en gran medida de lo que necesites que haga el procesador, ya que puedes invertir fácilmente cientos de euros en un procesador tan potente que rara vez, o nunca, aproveches al máximo sus capacidades.

Esto puede suponer una pérdida colosal de dinero, ya que los procesadores de gama alta pueden conllevar todo tipo de costes adicionales en términos de refrigeración de la CPU y actualizaciones de la placa base que podrían ser totalmente innecesarias.

Para encontrar el procesador adecuado a tus necesidades y presupuesto, es esencial saber cómo elegir una CPU entre la multitud de opciones que hay en el mercado. Afortunadamente, hemos probado y utilizado a fondo todos los procesadores que hay actualmente en el mercado, y estamos aquí para guiarte en el proceso de elección de la CPU adecuada para tu PC.

Entendiendo las especificaciones de la CPU

Un Intel Core i7-14700K incrustado en una placa base

(Image credit: Future / John Loeffler)

Antes de lanzarse a elegir una CPU, es fundamental conocer las especificaciones básicas que definen su rendimiento, por lo que vamos a empezar con un pequeño glosario.

Núcleos e hilos: un núcleo es esencialmente una CPU dentro de una CPU, capaz de realizar operaciones independientemente de otros núcleos. Un procesador multinúcleo podrá realizar varias tareas a la vez de forma más eficiente, lo que puede mejorar significativamente el rendimiento. Los hilos se refieren al número de tareas que un núcleo puede gestionar simultáneamente. La mayoría de los núcleos de CPU estándar son de un solo hilo, lo que significa que sólo pueden ejecutar una tarea por ciclo de reloj (abajo explico que es el ciclo de reloj), pero los núcleos de mayor rendimiento son capaces de "hyperthreading" (hiperhilo), lo que les permite realizar dos tareas por ciclo de reloj, lo que puede mejorar enormemente el rendimiento en aplicaciones que utilizan multihilo (multithreading).

Velocidad de reloj: medida en múltiplos de hercios (Hz, MHz, GHz), la velocidad de reloj de un procesador indica cuántos ciclos de reloj puede realizar una CPU cada segundo y, dado que una CPU puede procesar una instrucción por ciclo de reloj (o dos en núcleos con hyperthreading, acuérdate de los hilos que acabamos de explicar), esto se relaciona directamente con cuántas instrucciones puede ejecutar un procesador cada segundo. Un hercio representa un solo ciclo, por lo que un kilohercio (kHz) equivale a mil ciclos por segundo, mientras que un megahercio (MHz) es un millón de ciclos por segundo. Las CPU modernas alcanzan el gigahercio (GHz), es decir, un múltiplo de mil millones de ciclos por segundo.

Aunque la velocidad de reloj es la medida más directa del rendimiento de una CPU, no es el único factor que influye en el rendimiento general.

Tamaño de la caché: la caché es la memoria interna de la CPU, que se utiliza para almacenar datos a los que se accede con frecuencia y recuperarlos rápidamente. Las cachés más grandes pueden mejorar el rendimiento al reducir el tiempo necesario para acceder a los datos desde la memoria principal o RAM.

Potencia de diseño térmico (TDP): el TDP es la cantidad máxima de calor que genera una CPU en condiciones de uso intensivo, y se mide en vatios. Puede indicar cuánta refrigeración necesitará tu CPU y su consumo de energía.

Gráficos integrados: algunas CPUs vienen con gráficos integrados, lo que elimina la necesidad de una tarjeta gráfica independiente para tareas básicas y juegos poco exigentes a nivel gráfico. Sin embargo, las tarjetas gráficas dedicadas se recomiendan para juegos potentes y trabajos profesionales.

Piensa en tus necesidades

PC running Fortnite

(Image credit: TechRadar)

La elección de la CPU debe guiarse por el uso que vayas a hacer de tu PC:

Juegos: Busca CPUs con altas velocidades de reloj y cachés de mayor tamaño. Los juegos de PC son casi siempre aplicaciones de un solo hilo, por lo que tener más núcleos no mejorará necesariamente el rendimiento de los juegos, pero procesar más instrucciones por segundo es esencial para los juegos que requieren cálculos de física complejos y los tamaños de caché más altos permiten que más datos esenciales para estos cálculos permanezcan en la memoria caché del ordenador por lo que trabajará lo más rápido posible.

Si bien esto es cierto en general para todos los juegos, si estás jugando a resoluciones más altas (1440p y superiores), entonces tu tarjeta gráfica va a superar a tu CPU y creará un cuello de botella en los FPS, por lo que el impacto de un mayor rendimiento de la CPU a 1440p y superiores es considerablemente menor o se elimina por completo.

Dicho todo esto, un procesador Intel Core i7 o AMD Ryzen 7 suele ser más que suficiente para jugar, y si puedes encontrar un AMD Ryzen 7 con 3D-VCache (designado por un "X3D" en el número de modelo), aún mejor.

Creación de contenidos y cargas de trabajo profesionales: Tareas como la edición de vídeo, el renderizado 3D y el cálculo de datos a gran escala se benefician de CPUs con más núcleos e hilos, que pueden gestionar el procesamiento paralelo de forma eficiente. En este caso, la velocidad de reloj importa, pero tener el doble de núcleos, aunque sean un 25% más lentos, acabará proporcionándote un mejor rendimiento en este tipo de tareas. Por lo general, buscarás un procesador Intel Core i9/AMD Ryzen 9.

Uso general y productividad: Para navegar, aplicaciones de oficina (como el paquete de Microsoft Office) y la edición ligera de fotos, una CPU de gama media con un equilibrio decente de velocidad de reloj y núcleos será suficiente. No deberías necesitar más de un Intel Core 5/AMD Ryzen 5 para este tipo de informática, y en algunos casos un Intel Core 3/AMD Ryzen 3 será suficiente para usuarios ocasionales que no pretendan jugar o realizar trabajo de creación de contenidos.

Ten en cuenta la compatibilidad y el futuro

CPU Cooler

(Image credit: Wieland / Der8auer (YouTube))

La compatibilidad con la placa base es crucial.

¡Y la gente falla mucho con esto!

Asegúrate de que la CPU que elijas encaje en el hueco (socket) de tu placa base y de que el chipset de ésta sea compatible con las funciones de la CPU. La capacidad de actualización también debe tenerse en cuenta, optar por una plataforma más reciente puede ofrecer mayor compatibilidad con futuras generaciones de CPUs.

Prepararse para el futuro implica seleccionar una CPU que satisfaga tus necesidades durante varios años. Aunque es imposible que un PC sea completamente a prueba de futuro debido al rápido avance de la tecnología, elegir una CPU con un rendimiento ligeramente superior al que necesitas actualmente puede ayudar a que tu sistema siga siendo útil durante más tiempo.

Busca el equilibrio entre el rendimiento y tu presupuesto

El presupuesto a menudo dicta la gama de CPU disponibles.

Las CPUs de gama alta-premium, como los procesadores Intel Core i9/AMD Ryzen 9, ofrecen el mejor rendimiento para todo tipo de tareas, pero conllevan una inversión significativa en los propios chips, así como en la refrigeración y la placa base necesarias para soportarlos.

Las CPUs de gama media-alta, como los procesadores Intel Core i7 y AMD Ryzen serie 7, suelen ofrecer el mejor equilibrio entre precio y rendimiento, y son adecuadas para la mayoría de los usuarios (incluidos los que se dedican seriamente a los juegos de PC).

Las CPUs de gama media, como los procesadores Intel Core i5/AMD Ryzen 5 e inferiores, son las más asequibles, pero pueden tener problemas con tareas intensivas, por lo que es mucho mejor utilizarlas en PC familiares básicos u ordenadores de empresa que utilicen principalmente plataformas en la nube como Salesforce o similares.

Por cierto, aquí debajo quedan las CPUs de gama básica, como el Intel Core i3. Estas funcionan bien para tareas básicas, pero no esperes gran cosa, y por supuesto, si quieres hacer cualquier tarea algo más exigente, tendrás que optar por algo mejor.

Un procesador Intel en una placa base

(Image credit: Future / John Loeffler)

Infórmate con análisis y benchmarks

Antes de tomar una decisión, consulta los análisis de los procesadores y compara las puntuaciones de los benchmarks de fuentes reputadas. Ni siquiera tienes por qué ceñirte a las reseñas que hacemos aquí en TechRadar, pero te animo a que leas tantas reseñas de procesadores como sea posible para obtener una mejor visión general de las capacidades de un procesador en toda serie de pruebas y casos de uso.

Los analistas de CPUs se encargan casi exclusivamente de este tipo de análisis para sus publicaciones, por lo que te proporcionarán datos reales con los que comparar diferentes procesadores que habrán probado para preparar sus análisis, por lo que serán expertos en qué CPUs son buenas para qué tareas.

Eso sí, asegúrate de centrarte en los benchmarks que reflejen el uso que le vas a dar, como juegos, renderizado o rendimiento multitarea, en lugar de fijarte en qué procesador obtiene la "mejor" puntuación en general, ya que es probable que esto incluya casos de uso para los que realmente no utilices el procesador.

Ya solo queda tomar la decisión

En conclusión, si conoces las especificaciones de las CPUs, tienes una idea clara de tus necesidades, un presupuesto en mente y entiendes los análisis de las CPUs, estarás bien equipado para elegir la CPU adecuada para tu PC. Considera los siguientes pasos para finalizar tu decisión:

  • Selecciona las CPUs que cumplan tus requisitos de núcleos e hilos, velocidad de reloj y presupuesto.
  • Comprueba la compatibilidad de cada procesador con tu placa base, asegurándote de que el hueco coincide y de que el chipset es compatible con las funciones de la CPU.
  • Compara el rendimiento mediante benchmarks y análisis, centrándose en situaciones que se ajusten al uso que vayas a darle.
  • Evalúa los extras, como los gráficos integrados o los disipadores incluidos, que pueden suponer un valor añadido o un ahorro en futuras compras.
  • Piensa en el futuro, pero recuerda que la tecnología evoluciona con rapidez. Selecciona una CPU que satisfaga tus necesidades en un futuro previsible sin dar excesiva prioridad a la preparación para el futuro a expensas del rendimiento actual o de las limitaciones presupuestarias.

Elegir la CPU adecuada es un paso fundamental a la hora de crear o actualizar un PC. Si tienes en cuenta tus necesidades, tu presupuesto y las especificaciones de las CPUs disponibles, podrás elegir un procesador que ofrezca el mejor rendimiento para tus requisitos específicos, garantizando una configuración de PC equilibrada y capaz.


Anastasia Lazaridis
Editora

Soy ingeniera informática y editora del equipo de TechRadar España. Me gusta todo tipo de tecnología, pero los ordenadores son mis dispositivos preferidos. Además de escribir sobre ellos me encanta arreglarlos, al fin y al cabo, pueden llegar a estar tan locos como yo.

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